07 octubre 2009

Recapitulando

Digamos que descubrí la exacta distancia que hay entre un bloguero y un escritor.

Hace un tiempo, no demasiado, pero lo suficiente como para ser olvido, un bloguero escribía:

"¿Existen las encrucijadas? Esos momentos, en la vida de un hombre, de una mujer, de un país, que pasan casi desapercibidos cuando están ocurriendo y que, con el correr del tiempo pareciera que configuran la apertura de un sendero por el cual caminar por un tiempo. Por una semana, por un año, por una década. Para que se entienda: un micro perdido en Rosario que te iba a llevar a Posadas; la vez que te fuiste antes de que llegara lo mejor, un tren a Lincoln en plena adolescencia, una epifanía parado frente al mar. Las terminales, claro. Las gomerías. Algunas iglesias. Los balcones.".

 Anoche leía:
"Llegué en la primera juventud, una mañana, mucha gente iba rápida por las calles rumbo al mercado, las mujeres tenían hermosos dientes y miraban directamente a los ojos, tres soldados tocaban el clarín en una tarima, todo alrededor giraban ruedas y ondulaban carteles de colores. Hasta entonces yo sólo había conocido el desierto y las rutas de las caravanas. Aquella mañana en Dorotea sentí que no había bien que no pudiera esperar de la vida. En los años siguientes mis ojos volvieron a contemplar las extensiones del desierto y las rutas de las caravanas; pero ahora sé que éste es sólo uno de los muchos caminos que se me abrían aquella mañana en Dorotea" (Italo Calvino, Las Ciudades Invisibles).

No sólo que todo está escrito. El problema es que, encima, está escrito muchísimo mejor. Seguiremos haciendo posts, nomás. 

6 comentarios:

Enriq dijo...

Descuide: seguro que a Calvino le pasaba lo mismo.

Andrea dijo...

lee el epílogo dice que se inspiro en el blog de una can con cara de melancólico...

Alejandro dijo...

Mendieta: de ahí viene la conclusión de Borges respecto a que prefiere leer que escribir. Pero escribir implica un acto de dignidad que no podemos despreciar: decir acá estoy yo, y no sólo otros escribieron lo mismo mejor que yo sino que hicieron muchas otras cosas que yo hago mejor que yo, pero yo quiero probar a ver cómo me sale. ¿O no es más bello un mundo donde también puedan existir las cosas imperfectas?

Alejandro dijo...

Mendieta: de ahí viene la conclusión de Borges respecto a que prefiere leer que escribir. Pero escribir implica un acto de dignidad que no podemos despreciar: decir acá estoy yo, y no sólo otros escribieron lo mismo mejor que yo sino que hicieron muchas otras cosas que yo hago mejor que yo, pero yo quiero probar a ver cómo me sale. ¿O no es más bello un mundo donde también puedan existir las cosas imperfectas?

Primo Louis dijo...

Escribir es un acto de arrojo.
De todos modos, si quiere levantarse el ánimo, la próxima vez comparelo con algun libro de Aguinis...

Anónimo dijo...

escribir es el espejo q me permite mirarme.
garabatos, el blog q nunca arranca, la poesia inconclusa.
no dejen los posts, plis.
amazing.
abrazo
normis